Comenzamos el día leyendo las cartas de apoyo y saludo de los obispos de algunas diócesis donde servimos. Pronto volvemos a presentar el trabajo sobre los asuntos prioritarios que trabajamos en la mañana de ayer, en los temas de vida de comunidad, vocaciones y formación, familia pasionista, comisiones y otros detalles. Se recogen sugerencias y se encomienda a los secretarios una nueva redacción.
En el descanso se reparten unas comisetas muy simpáticas con bolsillo y sin él, para todos los religiosos, con el logo del capítulo. ¡Vaya mercadillo en un momento!
En la segunda parte de la mañana trabajamos el objetivo concreto de la reestructuración y las iniciativas a tomar en la solidaridad con las finanzas, la formación y el personal, basándonos en lo propuesto en la Asamblea de Corella.
Ya en la tarde ponemos en común el trabajo de grupo y ya le incamos el diente a la legislación. El trabajo es ágil, porque ya está avanzado por las comisiones. Lo proyectamos y sobre la marcha vamos haciendo la reformas que nos parecen oportunas.
En la mesa del altar el Señor nos pide que ensanchemos la tienda para adaptarnos a las nuevas situaciones que se nos presentan. ¡Estemos disponibles!
